8 feb 2010

ALERTA NARANJA: Kirchner al quirófano



Y SE PARÓ EL PÁIS.

-Si señor, se paró el país. Desde el mismo instante en que se supo que Néstor Kirchner marchaba hacia el quirófano, porque casi capota definitivamente a raíz de un komplot de karótida, la República Argentina parece haber quedado navegando a la deriva.
-Bastó un flash de ÚLTIMO MOMENTO en los canales de noticias de tevé, para que se interrumpiera la marcha de la Nación hacia el destino exitoso al cual fuera “condenada” por el ex bañero Eduardo Duhalde, cuando oficiaba de presidente semi de facto.
-Deberíamos recordar que el renombrado político lomense dictó esa sentencia en marzo de 2002, precisamente en la época en que mantenía a Néstor Kirchner en el banco de suplentes por si él, en cuerpo y alma, no podía quedarse en la Casa Rosada.
-Muy bien, pero en este crucial momento lo que nos convoca es el presente, no la historia.
-El caso es que la karótida del hombre se declaró en ALERTA NARANJA, de manera que los médicos encargados de proteger la salud de la familia presidencial prestamente lo mandaron a internar en un sanatorio privado.

Los hospitales son de Macri.

-¿Por qué no lo llevaron al Hospital Argerich, donde hay un Área Presidencial enorme, que costó una millonada de pesos en el año 2003 y la mandó a hacer el propio interesado? (en la foto superior, una salita del Argerich, circa 1945)
-Porque parece que a Luis Buonomo, el jefe máximo de la Unidad Médica Presidencial, no hubo manera de encontrarlo para preguntarle: se tomó en serio el franco dominical. Entonces recurrieron al consejo de Donato Spaccavento, a quien todos los que lo conocen coinciden en pintar como un “progre”, “tirabombas” y “resentido”: fue director de ese hospital municipal porteño. Y como los macristas lo obligaron a renunciar, dice que ahora que él no está el Argerich es una Caja de Pandora.
-La gente de Macri ya salió a cruzarlo y asegura que “el Área” es una pinturita; que hay algodón, vendas, jeringas…bah, todo lo que debería haber.
-Además, es público y notorio que no hace mucho tiempo Cristina le prestó esa “salita presidencial” a Charly García -cuando se pegó aquel formidable porrazo en Mendoza-; Néstor fue a que le sacaran una muela; la hija Florencia también tuvo que atenderse allí y quién sabe cuantas cosas más.
-Bueno, que se maten entre ellos. Lo cierto es que Buonomo se tomó el piróscafo, Spaccavento metió púa, Kirchner terminó en Los Arcos y los cirujanos lo sacaron del apuro.
-Ahora dicen que está reponiéndose bien, rodeado de la Presidenta y los hijos presidenciales. ¡Qué bueno para la familia!
-Y para todos los argentinos, como reza ese latiguillo que ellos no se cansan de repetir: “Si nos va bien a nosotros, les va a ir bien a todos”.

Para curar, no para enterrar.
-A propósito de rezar. Ayer a la noche se corrió la bola de que casi lo tienen que operar de nuevo al Néstor. En efecto, cuentan las malas lenguas que estuvo a punto de sufrir otro soponcio cuando se enteró que en la salita de recibo del sanatorio había un cura, enviado por el cardenal Bergoglio, para darle la extremaunción.
-¡Qué jabón!
-No, qué bestiún él o quien haya sido el que atendió al fraile. Lo que le mandó Bergoglio fue un saludo y una especie de bendición que se le ofrece a los enfermos, para que se curen y no para que los entierren.
-Lo que pasa es que los Kirchner deben ser ateos. Tienen derecho a creer o no creer.
-Cosa que nadie discute. Pero también son presidentes en un país con amplia mayoría de católicos. Convengamos que queda mal que anden sacando a empujones –o con cajas destempladas, si se prefiere- a un pobre cura que, seguro, los fue a ver con la mejor de las buenas voluntades.

Carótidas y karótida.

-Pero no seamos más papistas que el Papa ni más bergoglistas que Bergoglio y adentrémonos en la difícil tarea de intentar develar algunos de los misterios que rodean este episodio de la vida nacional.
-¿Qué misterios? Está claro que Néstor estuvo a un tris de sufrir un patatús de los graves; los demás son detalles.
-Efectivamente, son detalles. Sólo que en este caso particular, tratándose de presidentes -o, si se prefiere, de esta singular familia gobernante-, no de puede dejar de reparar en ellos.
-Si. ¿Por qué casual razón el ataque no le dio en Santa Cruz, a 3.000 kilómetros de distancia del sanatorio Los Arcos o del Argerich? ¿Por qué no tomaron el avión para ir a regar las plantas en El Calafate, como hacen siempre, sino que justo este week end se quedaron en Olivos? ¿Se la vio venir Néstor?
-Aunque hubo unos últimos 10 días bastante pesados, sería muy raro científicamente demostrar que algo se maliciaba el marido presidencial.
-Por otra parte, Kirchner es un tipo que ha demostrado tener agallas como para ser capaz de bancarse munición de grueso calibre.
-Hagamos un repaso: a Redrado ya se lo había sacado de encima, y bien sacado; a los gobernadores les está terminando de juntar las cabezas; a los legisladores ni que hablar. ¿Qué problema grande le está quedando por abrochar después del sofocón de enero? Nada o muy poquito.
-Eh! A lo mejor el hombre está sensibilizado por otras cosas; al vulgo nos pueden parecen insignificantes, pero para él pueden tener una gran dimensión.
Por ejemplo: a nadie le gusta que un amigo salga a defenderlo diciendo que tiene guita porque su abuelo era un usurero.
-¡Flor de analfa el D’Elía!
-Está bien, el gordo ese será un opa, un necio, limitado, farsante, burro, lo que se quiera pensar de él. Pero para Néstor es un amigo, un compañero: tienen 700 fotos juntos, abrazados, como hermanos. Y que de buenas a primeras salga a gritar a los cuatro vientos que la guita que le dejó su abuelo la amasó cagando sistemáticamente a la gente, como hacen esos miserables avaros es, cuanto menos, muy feo.
-A cualquiera le hacen mella esas ofensas. En realidad, y pensándolo bien, puede ser que Kirchner esté un poco sensibilizado.
-Por supuesto. Tampoco le debe divertir que alguien se tome el trabajo de investigar, como hizo Carlos Pagni (ver nota “Es o No Es” en Sala de Lectura), la tipología de los gobernantes paranoides. Fue como invitarlo a que se mirara al espejo.
-¿Y lo del chancho mejor que el viagra? La Cristina estuvo floja ventilando al aire libre, y con micrófono abierto, los trapitos sexuales del matrimonio. Ella se puede hacer la pendeja todo lo que quiera, pero él ya tiene o está por cumplir sesenta y para un sesentón es duro…En fin, no nos pasemos nosotros de la raya, que Penélope Glamour hay una sola.
-Evidentemente así no hay carótida que aguante.
-Karótida, porqué es Kirchner. Carótidas eran las que les operaron a Menem, en el ’93, y a De la Rúa en el 2001. Pero ellos eran un poco más viejos y no tenían estos disgustos que tanto lo estarían jodiendo a Néstor.
-Cierto: el turco fue a parar al sanatorio después de un partido de golf, mientras que a De la Rúa lo tuvieron que llevar después de dormir la siesta.

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