21 ene 2010

Historias de espiones: OREJA BRAVA

-Reapareció Gabriela Michetti, la dama del PRO.
-Enojadísima con Oyarbide por ese asunto de los “espiones”.
-Les leo lo que salió en La Nación: "Cada vez que el macrismo va contra el Gobierno, el juez trata de meter el tema de las escuchas".
-Eso y denunciar que la señora Justicia está al servicio de los K es más o menos lo mismo.
-Y, si. Para Michetti, la actitud de Oyarbide "por lo menos merece una lectura entre líneas". También criticó "el cariz que ha tomado esta causa" en comparación con otros casos de espionaje telefónico actualmente en la Justicia, y afirmó que hay una "necesidad permanente" de involucrar a Macri. "Con la cantidad de pinchaduras telefónicas que existen en este país y la cantidad de aberraciones que hay en términos de la violación de la vida privada de las personas, me llama la atención el cariz que ha tomado esta causa y la necesidad permanente de poner el nombre de Mauricio en medio de una cosa en la cual él no tiene absolutamente nada que ver", sentenció.
-No se guarda nada la diputada.
-¡Qué va! La Nación cuenta que también sostuvo: "Hay una cantidad de cosas que no han sido investigadas", y “hay desinterés respecto de otros expedientes por pinchaduras telefónicas. Nadie los movió, a nadie le importó".
-Debemos reconocer que Michetti tiene un poco de razón en esto último y en el hecho de que Oyarbide siga repiqueteando sobre la testa de Macri, cuando éste asegura que ya dijo todo lo que tenía para decir sobre el tema.
-Claro que quizás el juez maneje más información que la que da cada vez que sale a hablar con los cronistas en la puerta de su casa.
-Es posible. No hay que olvidar que los Macri cargan con alguna historia en esto de escuchar subrepticiamente, y de que de la misma forma los escuchen a ellos. Los dos comisarios involucrados, Palacios y Cardozo, hace tiempo que trabajan para ellos. Hay anécdotas de Boca, de los divorcios, de los negocios…
-¿Cómo es eso?
-Hay poco espacio en esta página, pero en SALA DE LECTURA subimos algunos datos (VALE TODO).
-¿Por qué poco espacio?
-Porque, sin cansar al lector, parece oportuno hacer alguna referencia al lío ese que se armó aquí, en Salta, entre la policía y los estudiantes por la suba del boleto de colectivos.
-Las repercusiones y las versiones que corrieron desde que terminó el tumulto.
-Es cierto, se dijo un poco de todo. Que la policía usó unas picanas eléctricas de lo más sofisticadas, que a los de la UNSA y a los del PO les tienen chupados los teléfonos, y que patatín y que patatán.
-Bueno, de eso de los teléfonos pinchados hace rato que se viene hablando sottovoce en el ambiente político y periodístico.
-¿Y quién sería el Oreja Brava salteño?
-¡Qué se puede decir! No parecen muy serios los rumores, porque de Urtubey para abajo pareciera que todo el Grand Bourg se pasara el día dedicado a espiar a los demás. No se salva nadie: que Kosiner, que Aldo Saravia, que Mario Paz…
-No debe ser cierto. Pero qué manía la de los políticos de andar espiando a sus semejantes. ¿Se acuerdan de Pierri, aquel impresentable que fue diez años presidente de la Cámara de Diputados?
-Cómo olvidarlo. Precisamente, a propósito de todo este asunto de las escuchas hoy también subimos a la SALA un capitulito del borrador de El Muñeco (Spy Shop), que en cualquier momento va a salir editado en papel.
-Qué ironía del destino: el papelero al papel.
-Cambiando de tema, ¿qué es ese asunto de Aldo Saravia y la toalla mojada?
-Una broma. Se ve que uno de los estudiantes escuchó alguna vez la milonga y, en pleno jolgorio de palos con la policía, decía: “Por suerte que el Aldo no mandó a la cana con la toalla mojada, porque esa sí que duele y no deja marcas”.

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